No se permite el uso de piletas y de espacios deportivos. AdemÔs se restringieron al mÔximo los ingresos y la circulación por las calles ...
No se permite el uso de piletas y de espacios deportivos. AdemÔs se restringieron al mÔximo los ingresos y la circulación por las calles internas. Las quejas de los vecinos y la nueva vida cotidiana.
“Nadie me puede impedir caminar por las calles de mi barrio”, “¿No podemos tomar sol en la terraza?”,”¿No puede entrar la empleada que limpia en mi casa?". Los chats internos de WhatsApp de los barrios privados y los edificios con servicio de seguridad explotaron desde el primer dĆa de la cuarentena nacional por el coronavirus.
En esos lugares, se extremaron los controles mÔs que en ningún otro lado. No se permite el ingreso de visitas, se cerraron piletas, gimnasios y espacios comunes. En algunos casos hasta se prohibió caminar por las calles internas o los pasillos de los edificios. La ansiedad por el encierro y las nuevas restricciones conformaron un combo letal: los chats se llenaron de discusiones e interrogantes sobre las nuevas normas.
La restricción de las visitas complicaron la vida cotidiana en los barrios privados. En la mayorĆa de los casos relevados en un informe elaborado por Infobae, no se permite ingresar al personal de limpieza, los jardineros, los pileteros, todos los rubros vinculados a la construcción y hasta los repartidores del diario. Solo pueden entrar las ambulancias, los deliverys de comida o las personas que asistan a discapacitados.
Las restricciones a la vida social de los barrios privados o edificios con amenities ya habĆan comenzado durante el transcurso de la semana pero se profundizaron en las Ćŗltimas horas. En la mayorĆa de los casos no se pueden usar las piletas comunes, ni las canchas de fĆŗtbol o de tenis, y hasta el salón para reuniones.
En una torre del barrio de Belgrano, ante el cierre de los espacios comunes, los vecinos intentaron “escaparse” a la terraza para tomar sol. Improvisaron un sistema de turnos para no cruzarse, pero no tuvieron suerte: el personal de seguridad del edificio los intimó a volver a sus departamentos.
En Santa MarĆa de los Olivos, un barrio tradicional de Malvinas Argentinas, se prohibió hasta caminar por las calles internas. “Queda prohibida la circulación peatonal recreativa y deportiva (running, bicicletas y otros) por las calles del barrio como tambiĆ©n en las calles debajo de los puentes. Lo mismo se extiende para el paseo de mascotas. El incumplimiento de esta limitación serĆ” de inmediato denunciada a las Autoridades respectivas”, dice la nota que recibieron esta maƱana los vecinos.
Desde la intendencia de Pilar, reafirmaron que el aislamiento se debe cumplir dentro de las viviendas. “EstĆ” prohibido el uso de espacios comunes, gimnasios, piscinas, plazas, canchas de fĆŗtbol y/o cualquier otro espacio de uso mĆŗltiple dentro de los mismos”, dice la norma.
En otro barrio de Pilar con mĆ”s de 300 casas, las restricciones a la circulación interna de los propios vecinos generó debates y quejas en los chats, el mĆ©todo de comunicación mĆ”s utilizado del momento. “Salimos tres o cuatro personas con tres cuadras de distancia”, explicó uno de los vecinos. En ese mismo barrio, la administración tuvo que corregir el primer comunicado del dĆa porque se habĆan prohibido hasta los delivery de comida.
En Nordelta, tambiĆ©n se restringió el ingreso a los barrios y la circulación interna. Las plazas estĆ”n encintadas desde hace varios dĆas y se cerraron todos los lugares para hacer deportes. “Ćnicamente se permitirĆ”n desplazamientos mĆnimos e indispensables en automóvil para aprovisionarse de artĆculos de limpieza, medicamentos y alimentos”, dice el comunicado que recibieron cientos de vecinos.
En ese complejo de Tigre se permitirĆ” el mantenimiento de los espacios verdes y la fumigación, un reclamo que se repite en la mayorĆa de los barrios privados para prevenir otras enfermedades como el dengue.
Pese a las restricciones, algunos vecinos de Nordelta salieron a andar en kayac y tuvieron que ser advertidos por la seguridad.
En los edificios con amenities o seguridad privada las restricciones a la circulación generaron otras complicaciones internas. En un edificio de Palermo, la empresa de seguridad no mandó a ningún empleado y los vecinos no pudieron abrir el portón de la cochera.
En otro edificio del barrio de Caballito, cerraron la pileta, la parrilla y otros espacios comunes. AdemƔs pegaron carteles en los ascensores con recomendaciones para que no entren mƔs de tres personas juntas y que los delivery lleguen hasta la puerta del edificio.
Igualmente, las restricciones en la Ciudad de Buenos Aires no se aplicaron en todos los edificios por igual. Depende de la reacción de los administradores.
Las restricciones en los barrios privados no impiden el ingreso de los camiones de recolección de residuos, otro insumo bÔsico. En un barrio de Pilar, los vecinos se sorprendieron al ver a los empleados de la empresa de limpieza con guantes y barbijo para protegerse.
En el complejo Solares, de Olivos, se permitió Ćŗnicamente el uso del laundry, “debido a la importancia del lavado de ropa como prĆ”ctica de asepsia y prevención”. A diferencia de otros barrios privados, allĆ se permitieron las visitas aunque las autoridades pidieron “minimizar” los ingresos.
Los comunicados de la mayorĆa de los barrios insisten en las medidas de seguridad, especialmente a aquellos vecinos que viajaron a los paĆses de riesgo y estĆ”n cumpliendo la cuarentena. “Para el caso de inobservancias de la obligatoria cuarentena se realizarĆ”n de inmediato las denuncias pertinentes”, advierten en la mayorĆa de los barrios.
En la localidad de Pilar, los administradores estÔn obligados a realizar las denuncias. El intendente local firmó este jueves un decreto instando a realizar denuncias y facultó a los inspectores municipales a concurrir a las casas de los barrios privados para sancionar a los vecinos que incumplan las nuevas restricciones.
Source Link. Por NicolƔs Pizzi. Esperamos tu comentario.
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