Los sistemas constructivos han evolucionado enormemente a lo largo de los siglos, siempre en búsqueda de la mejora energética, la calidad...
Los sistemas constructivos han evolucionado enormemente a lo largo de los siglos, siempre en búsqueda de la mejora energética, la calidad de acabados, las instalaciones, el ahorro en tiempos de construcción y todo lo que mejore el confort de la vivienda.
Las viviendas modulares (o industrializadas) han surgido como consecuencia de la situación económica y ambiental actual ya que la búsqueda estÔ orientada a la optimización de recursos energéticos y, ademÔs, a la reducción de costos y tiempos de ejecución.
Lentamente en nuestra provincia los clientes consultan sobre este tipo de construcción moderna y muy eficiente. Actualmente existe una infinidad de diseƱos arquitectónicos que se adaptan a distintas necesidades de uso o habitabilidad. Y, aunque se impone el diseƱo racional minimalista, este tipo de construcción permite todo tipo de terminaciones y detalles, tanto en interiores como en el exterior a tal punto que resulta muy difĆcil diferenciar, a simple vista, una vivienda modular de una construida con tĆ©cnicas tradicionales.
“Industrialización” no es sinónimo de mala calidad ni de provisionalidad, sino de material fabricado. La tecnologĆa y los nuevos sistemas constructivos han eliminado las barreras habituales de la construcción clĆ”sica versus la “industrial”. Esto implica un aumento del perfeccionamiento, la seguridad y una drĆ”stica reducción de los residuos generados en la construcción, logrando ser la manera mĆ”s ecológica de construir.
Las viviendas modulares tienen una gran eficiencia energética, cero desperdicios, resistencia al fuego, durabilidad, versatilidad, mejores propiedades aislantes y eficiencia estructural. Los materiales pueden ser utilizados con mayor precisión y aún cuando la vivienda cumpla su vida útil, se podrÔ desmontar (sin demoler) y reutilizarse en un gran porcentaje para otro uso o vivienda.
Otra consulta que se repite a menudo tiene que ver con los costos y la relación precio-calidad. En términos de inversión de tiempo y dinero, construir una vivienda industrializada es significativamente mÔs económico que el tradicional. El ahorro se logra por varias razones: rÔpido sistema de construcción y montaje, reducción en mano de obra, sistemas mÔs eficientes y precisos que evitan los clÔsicos inconvenientes y errores de obra y, ademÔs, la sencilla opción de ampliación y refuncionalización.
AdemÔs no solo suponen un ahorro de dinero inmediato, sino que veremos como, a largo plazo, el ahorro serÔ mayor. En primer lugar, reduciremos gastos en climatización debido al aislamiento y, bÔsicamente, gracias a la perdurabilidad de los materiales.
Como conclusión, y mĆ”s allĆ” de que es un sistema de construcción con el que me siento sumamente identificada, es indudable que podemos afrontar cualquier construcción con este moderno sistema sin renunciar al diseƱo, la innovación, el confort, la eficiencia y la economĆa. El diseƱo modular se adapta perfectamente al clima de Mendoza porque permite combinarse con sistemas de aislación con altĆsimas prestaciones que funcionan con Ć©xito en un clima con una amplitud tĆ©rmica tan marcada como el nuestro.
El Ćŗnico riesgo con el que contamos, es que los arquitectos debemos ser consientes de que, al proyectar este tipo de viviendas, no debemos responder a un modelo esquemĆ”tico que conduzca a una producción en serie y no caer en una arquitectura monótona y uniforme. El desafĆo es respetar el individualismo de cada proyecto y responder a las necesidades especĆficas de cada cliente.
Por SofĆa Morgan Orfila.
Arquitecta.