¿Qué es el síndrome del edificio enfermo?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) un edificio enfermo produce un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados. Puede ser causado por la mala ventilación, cargas iónicas y electromagnéticas, las partículas en suspensión, gases o vapores, falta de humedad, la electricidad estática de las moquetas, los campos magnéticos de las redes WIFI y aparatos electrónicos.
Según la OMS el 30% de nuestros edificios, pueden sufrir del síndrome del edificio enfermo, más en los edificios de oficinas pues tienden a tener sistemas de ventilación centralizados y fachadas acristaladas, permitiendo la recirculación del aire en el interior del edificio provocando que los contaminantes del aire se multipliquen.
Hoy en día, muchas grandes empresas se han dado cuenta de la importancia de trabajar en un ambiente saludable, y podemos encontrar edificios de oficinas sostenibles que incluso producen energía y la vuelcan a red.
Las responsabilidades extremas de las empresas en tener edificios de oficinas sostenibles no es de extrañar, pues los edificios enfermos empleados para uso laboral perjudican gravemente la salud laboral de los trabajadores e incluso pueden provocar la disminución de su productividad.
En varios casos se presentaron casos de lipoatrofia semicircular, una enfermedad que consiste en el hundimiento en la cara anterior y lateral de los muslos, debido a la pérdida de agua en las células, se trata de una alteración a nivel celular. Esta enfermedad se originó en estos edificios de oficina principalmente por los sistemas de refrigeración y el cableado eléctrico.
Existen dos tipos de síndrome de edificio enfermo, los temporales, que sólo permanecen enfermos durante un tiempo y que tras la realización de las medidas correctas dejan de ser enfermos y los edificios enfermos permanentes o de larga duración.
Enfermedades que producen
La única enfermedad producida por el síndrome del edificio enfermo reconocida en España es la lipoatrofia semicircular, también es comúnmente conocida como “la enfermedad de la oficina”.
Existen otras malestares originados por los edificios enfermos relacionados como jaquecas, náuseas, mareos, resfriados persistentes, picor en piel y ojos o incluso alergias. Por ejemplo, en Suecia existe una enfermedad relacionada, la electrosensibilidad. Otra causa pueden ser los abortos en empleadas mujeres, pero no está científicamente probado.
Técnicamente, no son enfermedades en sí mismas, sino que son dolencias, que aparecen al tiempo de estar en el edificio enfermo y que desaparecen cuando no estás en el edificio. Aunque solamente sean dolencias y no enfermedades, es mejor hacer que el edificio sea lo más sano posible.
“Un estudio de aire limpio en 2009, determinó que el aire del interior de las oficinas está el doble de contaminado que el del exterior”
Una de las principales consecuencias de los edificios enfermos en las oficinas es que disminuye el rendimiento de los trabajadores, afectando a la rentabilidad, por lo que no interesa a los empresarios que sus edificios estén enfermos y que perjudique a la salud laboral. Se producen bajas cortas de 1 o 2 días y absentismo laboral, porque las personas se tienen que ir antes, al no encontrarse bien.
Por otro lado, las mujeres tienen más electricidad estática que los hombres, por tener un pie más pequeño y por llevar a veces tacones. Por eso se llega antes al umbral de sensibilidad en las mujeres que en los hombres y el 90% de los casos de lipoatrofia se producen en mujeres
“El 80% de nuestro tiempo estamos en edificios, ¿Por qué no nos preocupamos de la calidad del aire interior?”
El suelo es determinante, cuanto más sintético peor. Lo primero que se ha de hacer es reducir la electricidad estática en las mesas, conectando a tierra los enchufes, y aumentando el grosor de los bordes de las mesas. Posteriormente se ha de medir la humedad relativa en el interior del edificio, si es baja, se deben instalar humidificadores portátiles hasta que se instale un sistema fijo de humificación.
Otra solución consiste en la instalación de medidores de calidad del aire y de electromagnetismo para controlar los niveles dentro del edificio. Además, los conductos de ventilación se deben mantener limpios. Desde 2010 es obligatorio entregar limpios los conductos cuando se finaliza una obra, pero sigue sin ser obligatorio el mantenimiento posterior de los conductos, donde se puede encontrar mugre, cables, restos de obra e incluso animales muertos.
Existen alternativas de mobiliario de oficina con materiales sostenibles que contribuyen a la creación de espacios más saludables y a crear ambientes originales y sorprendentes dentro del trabajo.
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