La producción de cemento emite más CO2 que todos los camiones del mundo
Hay opciones de cementos "verdes" o ecoamigables, sin embargo la gente no los compra porque son más caros.
Durante años se ha criticado que la huella de carbono en la fabricación de cemento es sumamente alta. Y cuando se les ha reclamado, la industria responde con un mensaje interesante: “Estamos trabajando en ello”. Y sí, es cierto que las empresas fabricantes de cemento del mundo tienen versiones más amigables con el medio ambiente, pero la gente no las compra porque son más caras que las convencionales.
“Hay muy poca demanda de materiales sostenibles”, dijo Jens Diebold, director de sustentabilidad de LafargeHolcim. “Me encantaría ver más demanda de los clientes por ellos. Hay poca sensibilidad respecto a las emisiones de carbono en la construcción de un edificio”, agregó.
Mientras los arquitectos y los desarrolladores se concentran en la energía utilizada por sus edificios, en realidad, los materiales que soportan la estructura representan la mayor parte de la huella de carbono durante la vida útil del edificio.
La contribución del cemento a las emisiones es especialmente grande debido al proceso químico requerido para producirlo. Hacer una tonelada de cemento produce aproximadamente una tonelada de CO2. Luego se mezcla con arena, piedras picadas y agua para hacer concreto. Para tener una referencia, 0.7 metros cúbicos de concreto pesa aproximadamente 2 toneladas y es responsable de la liberación de al menos 250 kilos de CO2.
Mala respuesta del mercado
La empresa LafargeHolcim -con presencia en 80 países de todo el mundo- fue una de las productoras de cemento que intentó vender una opción de cemento bajo en carbono, pero los clientes fueron demasiado sensibles a los precios y no mostraron interés.
El cemento de geopolímero con bajo contenido de carbono, hecho con cenizas volátiles; no depende de la reacción química que produce el carbonato de calcio, por lo que puede reducir las emisiones de carbono hasta en un 90%. Cuesta tres veces más que el cemento hecho de carbonato de calcio a la antigua usanza.
Parece difícil de creer, pero a medida que se cierran las centrales eléctricas que queman carbón, el suministro de cenizas volátiles necesarias para el cemento de geopolímero está escaseando en Europa y los EE.UU. y eso mantiene los precios altos.
Sin las políticas públicas correctas, el cemento ecológico estará muy abajo en la prioridad de los consumidores y desarrolladoras inmobiliarias del mundo, porque a gran escala el precio de un edificio subiría mucho e impactaría en el valor final de las viviendas.
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